Se
me olvidan por la mañana, cuando a primera hora los párpados pesan
tanto como el recuerdo de la última pesadilla. Igual que se me
olvidan antes de caer dormido, mientras la noche y sus vueltas en la
cama van dibujando lienzos donde soñar. También se me olvidan yendo
en bicicleta por avenidas y callejas. A veces incluso se me olvidan
en la oficina. Entonces imagino que suena el teléfono. Al rato
termino llamando y te digo de vernos. Todo con tal de recordar qué
palabras leí escritas en tus ojos. Pequeños barcos de papel
surcando el iris.
Cuento publicado en el periódico online 'La voz de hoy'.
Cuento publicado en el periódico online 'La voz de hoy'.