Hace años que el viento no sopla a favor de Fernando Alonso. Una tormentosa mala
racha que el 22 de febrero estacionó
al piloto asturiano en el ojo del huracán. Su accidente fue culpa de Eolo. Inesperado revival de aquel viento idiota
que silbaba Bob Dylan en su gira Lluvia
fuerte. Así lo afirma el impermeable Ron
Dennis. Algunos creen que escondiendo honda
preocupación. Pero nadie en McLaren se
atreverá jamás a enfrentar corrientes de aire. Mucho menos teorías eléctricas. El
voltaje sólo lo marca el número de vueltas. La dirección del coche tampoco
falló. Es inamovible dentro de una Woking
desnortada. Ganar, ganar y ganar reza el velocísimo mantra. Suena mejor que los
ronquidos de un motor dormido. Híbrido entre fantasiosos trazos a lápiz y
fallos mecánicos que conducen siempre fuera de la trazada. Las infalibles
constantes telemétricas no son prometedoras. Diagnostican una máquina arrítmica.
Condenada al desfallecimiento dominical. He leído que Alonso también desfalleció -aunque ya está mejor-. Que se desmayó al
volante. En un parpadeo de consciencia Fernando
debió de soñarse doble. Únicamente así me explico la bicefalia en prensa.
Porque varios medios publicaron que el piloto despertó hablando en italiano de Ferrari. Mientras otras cabeceras
prometen que lo primero que dijo el ovetense fue corro en karts y quiero llegar a la Fórmula 1. Según parece, a bordo de su Delorean el dos veces campeón del mundo regresó a 1995. Allí se estrelló contra un muro varias
temporadas antes de su debut. Un imposible que cautiva a escritores y
periodistas. Que nos importa algo la salud de Alonso es la mejor de las ficciones. Ciencia ficción a tenor de
cada hipótesis seudocientífica que sobrevuela el accidente. ¿Mala suerte? ¿Falló
el coche o la persona? ¿Ambos? ¿Y por qué la pista se libra de elucubraciones? Dudas
a tutiplén. Ninguna respuesta. Otro mundial
se escapa y ya hemos perdido la cuenta. Fernando tiene que acordarse. Y del golpe también. Queremos la verdad. ¡Queremos que vuelva a correr ahora! Pía Twitter. Pedimos recordar cuando hemos olvidado que hace unos días Alonso estuvo a punto de matarse en la
curva número tres de Montmeló. El
viento nos ha idiotizado.
viernes, 6 de marzo de 2015
'Viento idiota' (artículo F1)
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