"Cuando
me aburro, a veces también porque me siento un poco solo, bajo a
charlar a la farmacia de la esquina. Abierta 24/7. Allí, las chicas
siempre dan conversación y algún que otro prospecto nuevo. Mientras
atienden los constipados del barrio, yo leo buscando erratas. Me
divierte encontrar una b donde una v, g en lugar de j, o esa h de
más. Creo que disfruto detenidamente de todas las instrucciones de
uso. Y, en caso de duda, consulto a mis
farmacéuticas. Que sonríen. No se aburren conmigo. Tampoco yo me
siento solo."