Todos
los sábados y domingos de agosto, papá me busca entre las páginas
de Diario Sur. Espera leer ese cuento que no consigo escribir. Aunque
quizás hoy sea mi día. Ha madrugado mucho a por su periódico de
camino a la playa. Media bahía aún duerme, la otra mitad se frota
los ojos:
“¡Hola, papá!”.
Pd: ¡gracias, Diario Sur!
Pd: ¡gracias, Diario Sur!