Nos
asegura el veterinario que Uri ronda ya los 71 años. Según parece,
la última década le ha cundido por siete. Parece mucho correr,
hasta para un cuadrúpedo. Pero nuestro perro es así: corre, come,
salta y hasta (se) duerme deprisa. La suya es sin duda una vida
veloz, alegre, contagiosa. Por eso, cada mañana sus ladridos
madrugadores desperezan el envoltorio de un nuevo presente.