domingo, 14 de octubre de 2018

andaMÍO

Justo cuando peor estaba, montaron el andamio. “No quedó otra, se viene abajo”, me explica uno de los operarios en el portal. Desde la calle, las formas ortopédicas, rematadamente aparatosas, del andamio me incomodan. Pero no debo preocuparme: “Todo va a salir bien”, asegura otro trabajador. Yo quiero creer que sí. Aunque, durante las horas sin hora de la noche, el andamio tiembla presa del viento y, por momentos, parece a punto de no poder soportarlo. Sin embargo, aún resiste. En pie al alba, a por una mañana más.