domingo, 26 de julio de 2015

Dormidos


Todo lo que no pasa nos pasa de noche. Cuando no somos nosotros sino nuestros sueños. Y desde tu duermevela de párpados rendidos me dices aquello que por la mañana te callaste. Mientras yo imagino, pero cuando duermo en realidad me parece un recuerdo, todas esas vidas que hemos tenido y no tendremos, y cada una de ellas con sus correspondientes trabajos y empleos, y tantas comidas y cenas compartidas contigo, después de haber bajado a la playa o tras haber andado perdidos, recorriendo calles, o a la salida de un cine de París. Curiosamente anoche soñé con nuestro último viaje no realizado. Y parece que al otro lado del mar no discutíamos, ni nos éramos insinceros. Desde luego a mí me encantaba tu risa, al tiempo que yo sentía que todo nos podía pasar pese a saber que no nos podía pasar a nosotros. O quizá sí y todavía somos posibles, pero tan sólo de noche, sin tocarnos, dormidos.